RAIMONDI Y SUS ESTUDIOS ETNOLOGICOS
Raimondi y sus esTudios ETNOLOGICOS
Por Ricardo La Torre Silva[1]
Según el plan de trabajo de Antonio Raimondi, publicado en el Tomo I de la serie "El Perú", la parte correspondiente a sus estudios etnológicos fue planificada para ser publicada en el sexto y último volumen de esta obra. Al respecto dice: "En esta parte se tratará tanto de las razas antiguas como de las modernas, indagando su origen, usos, costumbres, objetos de la industria, etc. Irá acompañada de grabados que representan tipos de las diferentes sub-razas que pueblan el Perú, vistas de sus habitaciones, trajes, utensilios domésticos....." [2]
Refiriéndose a la Etnología, señalaba que: "El estudio de la etnología presenta en el Perú un doble interés: primeramente, porque los preciosos y abundantes restos de los antiguos habitantes del Perú, que se hallan diseminados en todas las distintas regiones de la República, pueden dar mucha luz para la historia y origen de las pasadas generaciones que poblaban este país antes de la conquista; y en segundo lugar, porque el estudio de las numerosas razas, tanto las sometidas al gobierno como las que viven en estado salvaje, pueden guiarnos al través de los tiempos para aclarar la obscura cuestión que versa sobre el origen de los pueblos americanos"[3].
Para conocer parcialmente los estudios etnológicos del sabio es necesario apreciar dos aspectos: los datos publicados (incluidos los manuscritos que le han sobrevivido) y sus colecciones recogidas durante diecinueve años de viajes por el Perú. Entre las publicaciones que permiten apreciar sus estudios etnológicos destacan: "Apuntes sobre la provincia litoral de Loreto", "El Departamento de Ancash y sus riquezas minerales", Los tomos I, II y III de la serie "El Perú" y "Notas de Viaje para su obra El Perú", esta última serie póstuma[4]".
Como lo escribiera el Señor José Balta: "Lo publicado por Raimondi, en vida, aún cuando es considerable en cantidad y calidad, no está en relación con sus números viajes ni con el abundante material en ellos recogidos"[5]. Las ediciones que siguieron a su muerte, aparecidas a partir de 1891, no respetaron el orden previsto por el naturalista milanés.
Lamentablemente de los veinte volúmenes proyectados por Raimondi para su obra "El Perú", sólo pudo editar los tres primeros tomos. Los datos etnológicos recogidos en sus libretas de apuntes se destruyeron parcialmente en el incendio que asoló la Biblioteca Nacional en 1943. Estos documentos estaban bajo la custodia de la Sociedad Geográfica de Lima, institución cuya sede ocupaban el segundo piso de la Biblioteca Nacional.
Se sabe que Raimondi pensó ilustrar su obra sobre etnología publicando las fotografías de pobladores de la amazonía tomadas en la década de 1870 por su amigo el sargento del ejército peruano Ramón Herrera. Lamentablemente no se sabe nada sobre el paradero o destino de tan importante corpus fotográfico.
Desde un inicio Raimondi se percató de la diversidad étnica del Perú y las distintas idiosincrasias culturales que caracterizan a cada uno de los grupos que lo pueblan. Como pocos hombres de su tiempo, supo vincularse con cariño y respeto con la gente del interior, descubriendo en ellos un mundo lleno de virtudes, como el conocimiento ancestral de las propiedades de las plantas, el amor por la naturaleza y su conocimiento excepcional del territorio, puesto de manifiesto en su pericia como guías. Explica que aquella actitud desconfiada y agresiva atribuida a muchos grupos del interior era la reacción ante el maltratado sistemático de las instituciones oficiales y de la cultura occidental representada por el hombre blanco.
La forma como se incorporaron los grupos de emigrantes foráneos a la vida nacional fue otro aspecto que llamó su atención. Fue testigo del abuso y explotación al que fueron sometidos los inmigrantes chinos en las haciendas de la costa así como del momento de libertad de los afro peruanos[6] y la situación de marginación que tuvieron que afrontar al incorporarse como ciudadanos libres en una sociedad racista.
Para poder apreciar sus estudios etnológicos trascribimos una pequeña parte de su Libreta Nº 47 de 1886 que titula "Datos sobre los salvajes llamados Antis o Campas". En ella escribe:
"Estos salvajes conocidos con el nombre vulgar de chunchos o infieles, que se aplica en el Perú a todas las tribus de indios que viven en estado independiente en las montañas situadas al Este de la Cordillera, pertenecen a la nación de los Campas o Antis y se hallan diseminados en las montañas de Chanchamayo, Jauja, Pangoa, Huanta y valle de Santa Ana del Cuzco. Rara vez aparecen en los valles de Paucartambo, que están habitados por otras tribus, tales como los Huachipayris y Tuyeneries, que no son muy amigos de los Campas.
Como se vé, la tribu de los Campas ocupa una regular extensión de terreno adelantándose, tanto por el río de Santa Ana como por el río Tambo, hasta el punto donde se reúnen estos dos ríos para formar el Ucayali, en cuyo lugar empiezan los Chontaguiros llamados también Simirinches o Piros. Los campas son indios de estatura mediana, aunque se ve sin embargo algunos de estatura elevada: un indio que vive en frente de la confluencia del Mantaro con el Apurímac; tiene una estatura que pasa de 6 pies. Los rasgos de cara son muy pronunciados y tienen los siguientes caracteres: pómulos salientes, nariz algo roma ligeramente remangada de manera que vistos de frente aparecen en parte los agujeros de la nariz que a causa de su tabique algo espeso son un poco laterales. Ojos expresivos poco abiertos y algo oblícuos: En las mujeres observé algunas con ojos grandes. Labios gruesos, dientes blancos en las mujeres y amarillentos en los hombres, color que es debido a una corteza que mascan continuamente. Arcos orbitarios salientes, frente mediana, barba casi nula. Pelo negro liso desordenado que cae sobre el cuello y en algunos cortado por delante sobre la frente. Tez de la cara rojiza o aceitunada; en los niños tiernos, casi blanca. Los brazos, piernas y cuerpo están comúnmente cubiertos de manchas de color carne claro. Algunos individuos sin embargo no tienen ninguna mancha y cuando pregunté la causa de estas manchas tan generales, me dijeron que se producen en quienes se alimentan con cierta clase de pescados y de moluscos; que los que prescinden de esta clase de alimentos, no tienen manchas. En el Perú se da el nombre de overos a los individuos atacados de esta afección. Raras veces los campas son gordos, y, en general, son también proporcionados.
Los Campas o Andis no andan desnudos sino que se hallan constantemente cubiertos con un ancho y largo saco formado de una tela de algodón tejida por las mujeres. Esta tela es bastante bien trabajada y tiene unas rayas de color rojizo café. Este saco les llega hasta los tobillos y cuando es nuevo está blanco; pero pronto se vuelve amarillento y también rojizo ensuciándose con el achiote con que se pintan la cara. La longitud del saco hasta los tobillos y su color claro, hacen que los salvajes o infieles pertenecientes a la tribu o nación de los Campas, sean fácilmente conocidos, porque las demás tribus usan sacos más cortos y de color oscuro..."
Los datos recogidos por Raimondi sobre las condiciones de abandono y explotación a que los que eran sometidos las poblaciones indígenas del interior originaron un profundo impacto en la dirigencia política del país. Un ejemplo de lo antes afirmado es el siguiente testimonio del 20 de diciembre de 1868 proveniente de la Prefectura del departamento de Loreto[7]:
Sr. Ministro de Estado en el despacho de Gobierno.
Policía y Obras Públicas
S.M.
Con sincera satisfacción he visto la distinguida circular de US., en que se sirve recomendar la puntual observancia de las leyes y disposiciones supremas que se hallan vigentes en protección de los derechos de la clase indígena. US., conoce bien las grandes dificultades con que hay que chocar para desarraigar los inveterados abusos de que son víctimas los indígenas en casi toda la República; y por consiguiente juzgo que le será satisfactorio saber que en este departamento los indígenas colocados al nivel de todos los ciudadanos con tanto mayor facilidad, cuanto que no existe en ellos, como en los de otros pueblos, esa profunda humillación que supieron inculcar y conservar los colonos españoles. Aquí el indio no necesita en mi concepto, para verse en una condición digna de la humanidad, sino caminos, carreteras y aulas, porque sin los primeros, está muy remoto, según creo, el ver al indio de Mainas independizado del degradante ejercicio de cargar cómo bestias, siendo como no puede dejar de ser con contenible la necesidad del comercio, que por medios mas ó menos legales, seduce siempre al carguero por no haber otro recurso de movilidad absolutamente. Lo muy sabido que es esto desde que viajeros notables han dado noticias verídicas de estas regiones, especialmente el Sr. Raymondi, y la convicción que me asiste, de que S. E. se halla tan favorablemente dispuesto, lo mismo que US. me hacen concebir la esperanza, de que se adoptará tal vez esta lijera indicación, que me permito hacerla....que he comunicado á los Sub-prefectos la circular de US. con especiales prevenciones para el cumplimiento de tan importante prescripciones. Dios guarde á US..-S.M.-Manuel del Aguila".
Por sus meritos en este campo de ciencia, Raimondi fue honrado en vida como integrante de importantes instituciones científicas, a saber:
- - Miembro Correspondiente de la Sociedad Antropológica de Londres. 5 Agosto de 1863
- - Miembro Correspondiente de la Sociedad Arqueológica de Santiago de Chile. 5 de Octubre de 1878
- - Socio Honorario de la Sociedad Italiana de Antropología, Etnología y Psicología Comparada. Florencia, 7 de Marzo de 1883
Las colecciones naturales del sabio italiano, acumuladas a lo largo de diecinueve años de viajes, tienen entre sus integrantes un importante grupo de objetos etnológicos, la mayoría pertenecientes a poblaciones selváticas. Estas importantes colecciones fueron adquiridas por el Estado Peruano mediante Ley del 28 de enero de 1869, dos de cuyos párrafos dicen:
"...El Congreso ha autorizado al Poder Ejecutivo para que entendiéndose con don Antonio Raimondi, proceda á la publicación de los trabajos de éste sobre la Geografía, Geología é Historia Natural del Perú. Los gastos que la impresión demanda se harán de cuenta del Estado. Igualmente se le ha autorizado para que previos los informes que crea oportunos, invierta la cantidad necesaria para comprar las colecciones científicas que el señor Raimondi ha reunido en sus viajes en el territorio de la República, esas colecciones clasificadas debidamente se reunirán en un Museo que llevará el nombre de "Museo Raimondi....."
Raimondi nunca dejó de ser italiano, sin embargo sólo manifestó plenamente su nacionalidad durante la ocupación chilena de Lima a fin de resguardar del saqueo las colecciones fruto de sus estudios. Para ello recurrió a la delegación consular italiana fin de que le extienda una constancia de su nacionalidad. Se le inscribió como súbdito del rey de Italia en Lima con el número 4044 el 27 de Julio de 1880. Este acto evitó cualquier posible atropello de las tropas de ocupación. Su hijo Enrique ha legado una interesante crónica sobre la suerte de las colecciones durante este ingrato período, al respecto dice:
"... cuando la invasión chilena, trasladó mi padre, a su costa, el museo, del colegio de San Fernando a su casa habitación, colocándolo bajo la protección de la bandera italiana, y ahí ocupó tres grandes departamentos y lo conservó hasta su muerte, es decir durante 10 años, dejando de percibir los alquileres que antes le rendía esa localidad".[8]
Durante la ocupación chilena, Raimondi recibió la visita de señorita Margarita Dickins, del diario: "Danbury News", quien nos ha dejado el siguiente testimonio:
"...Llegamos en seguida á la casa del profesor Raimondi. Penetramos en un patio interior, y á la mano derecha, dentro de una habitación espaciosa que daba sobre aquel, encontramos al sabio naturalista rodeado de libros en idiomas diferentes, sentado frente á su escritorio y trabajando con afán....En el gabinete de estudio de Raimondi existen no solamente sus libros, sobre un estante existen varios cráneos antiquísimos deformes y un casco español antiguo, de hierro con su visera caída y en buena condición. Llevándonos á otra parte de su casa, nos condujo á un cuarto espacioso lleno de huacos anteriores a la conquista; así como, también, de diferentes artículos fabricados y usados por los indios salvajes de hoy. Entre unos y otros objetos llamó nuestra atención: una bien conservada momia de criatura y otra en extremo curiosa de mujer, tan perfectamente conservada también, que la india parecía en un estado no lejano de la vida: estaba postrada sobre una rodilla, negro cabello caían sobre sus hombros y una especie de camisa, con extraños dibujos bordados de azul y negro, cubría á medias su pobre cuerpo.
Hay calaveras allí, de una raza que acostumbraba deformarse las cabezas por medio de bandejas,.... Ví, así mismo, una alacena de adornos y útiles indianos de plata y oro, y un jarrón como de un pié de altura, más o menos tan perfectamente soldado que después de tantos años, no se puede descubrir en donde fue soldado; e igualmente, una caja pequeña contiene dos vestidos de pluma de un jefe indio y junto con ellos, una especie de casco para cubrirse la cabeza y encima una clase de adorno parecido á una corona, con trozos pendientes de tela hacía adelante y hacía atrás, cubriendo las orejas y una parte del pecho y de la espalda. Un ropero tiene lleno, tanto de tejidos antiguos muy bien hechos, hallados en las huacas, como de las toscas telas que fabrican actualmente los salvajes amazónicos. Entre estos, había una camisa de tela de corteza de árbol, teñida de color pardo oscuro,.... Hierro en su forma mineral ó ya sea beneficiada, por los indios primitivos de que disponen esos habitantes de las selvas y un cuchillo á medio hacer de ese metal y otro ya hecho.
En uno de los ángulos del cuarto, un gran número de arcos y de flechas de las de tipo más fuerte y estas últimas generalmente armadas con punta de metal..". [9]
Las colecciones de Raimondi, pese a los avatares sufridos en las primeras décadas del siglo XX, sirvieron de base para la organización del Museo de Historia Natural "Javier Prado" y el Museo de Arqueología de la Universidad Mayor de San Marcos[10]. En el último caso, muchos de estos materiales arqueológicos fueron incorporados en 1945 a la colección del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.
En síntesis podemos decir que uno de los méritos de la obra científica de Raimondi fue la incorporación de la región Amazonía a la realidad territorial y social de la joven republica del Perú. De la población nativa de la selva dirá: "si nunca han tratado con gente culta son como unos niños malcriados, entre los cuales naturalmente unos son de buen carácter y otros de malo. Pero los salvajes verdaderamente peligrosos, son los que han tenido contacto con los hombres que se llaman civilizados, pues estos con el pretexto de civilizarlos también han invadido sus casas y destruido sus cultivos; los han despojado de sus terrenos y cazado a veces como animales feroces. Estos infelices no han recibido de la civilización sino agravios"
Finalmente debemos señalar que los conocimientos de Raimondi sobre la etnología peruana fueron muchos y a pesar del tiempo transcurrido son de permanente actualidad. Sin embargo se necesitará de un estudio muy prolijo de los diversos apuntes y colecciones que han sobrevivido para conocer las ideas principales que debían orientar la redacción de su obra en este campo, tarea que queda pendiente para aquellos investigadores interesados en su legado.
Correspondencia: Ricardo La Torre S.
Calle Veronesse 169-303
San Borja
Cel.9733-5116
[1] Ex Director del Museo Raimondi.
Miembro de la "Sociedad Peruana de Historia de la Farmacia"
e.mail: latorrej@hotmail.com
[2] Antonio Raimondi. El Perú, Tomo I. Parte Preliminar, capítulo IX, p.137
[3] El Perú, Tomo I. Parte Preliminar: p.108.
[4] Trascripciones de las libretas de viaje de Raimondi publicada en cinco tomos por el Ing. Alberto Jochamowitz entre 1942 y 1950. En 1929 El Banco Italiano de Lima, también por iniciativa del Ing. Alberto Jochamowitz, publicó la trascripción completa de tres libretas de viaje. Antes la Sociedad Geográfica de Lima publicó extractos de diversos itinerarios del sabio en su boletín.
[5] La labor de Raimondi. Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima. Tomo XLIII. Trim.IV (2ª) p. 408. 31 de diciembre de 1926, Lima.
[6] Coloquial pero impropiamente denominados "negros"
[7] Diario oficial "El Peruano", el 19 de marzo de 1869
[8] Enrique Raimondi, Apuntes Biográficos Sobre Raimondi. "El Comercio", Lima. Lunes 24 de abril de 1905.
[9] "Danbury News" de 7 de Enero del 1885
[10] R. Ravines. Los Museos del Perú. Breve historia y guía: p.37. Instituto Nacional de Cultura. p. 189 Lima, 1989.
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